Según David Robinson, literato panameño, la
historia tiene dos versiones: la oficial que se encuentra en los libros de
textos, y la literaria que se está en las novelas. Habrá quien diga que esta
última no es fiable, pues es la opinión del autor, pero muchos acontecimientos
no se hubiesen conocido sin la literatura.
Para muestra un botón. Aquí en nuestra patria
panameña, comparemos los textos de historia tradicionales con las novelas del
insigne Joaquín Beleño, específicamente, "Gamboa Road Gang". En los
primeros, lo más probable es que no encontremos mención alguna sobre el régimen
discriminatorio de las leyes penales vigentes en la entonces Zona del Canal,
sin embargo, la obra mencionada nos ayuda a comprender cabalmente el
significado profundo de la palabra racismo. ¿Quieres saber cómo eran tratados
los del Silver Roll? Lee esta novela.
La identidad panameña se fue perfeccionando a lo
largo del siglo XX en oposición a la ocupación colonial de la zona de tránsito.
En los informes oficiales, emanados de los documentos gubernamentales y
empresariales, ello no fue así, como que las relaciones entre Panamá y los
Estados Unidos de América siempre estuvieron caracterizadas por el respeto y la
buena convivencia. No por gusto fechas como el 9 de enero de 1964 y el 20 de
diciembre de 1989, son obviadas o minimizadas sus consecuencias.
La literatura panameña es vital en la formación de
ciudadanos. Por ella se puede conocer historia nacional no oficial, es decir,
no tergiversada por los intereses políticos y económicos. ¿Acaso nuestra
separación de Colombia no está nublada por la llamada leyenda dorada? Además,
leer novelas históricas es la excusa perfecta para una conversa entre amigos
patriotas. ¿Verdad?
Conocer la literatura de un país siempre va a ser
importante, toda vez que esta será portadora indirecta de su historia,
costumbres, tradiciones y fuente de mucha información importante relativa a
diversos aspectos de la vida cotidiana.
La literatura panameña, como ocurre también con la
de los otros países, está formada por el conjunto de obras publicadas a lo
largo de la historia nacional. En estricto sentido, y apegándonos a criterios
de idiosincrasia, identidad cultural y geografía, nuestra literatura se inicia
durante la época de la colonia (1502 - 1821), como es el caso de todas las
naciones latinoamericanas.
En lo que se refiere a Panamá, el Prof. Ismael
García S, en su libro Historia de la literatura panameña (1964), comenta:
"Tres grandes etapas se suceden en la historia del Istmo de Panamá. La
primera corresponde a la dominación española, desde la llegada de Rodrigo
Galván de Bastidas en 1501, hasta la proclamación de nuestra independencia en
1821. En este largo período, el cultivo de los quehaceres espirituales es casi
nulo y los frutos literarios no pasan de intentos desafortunados de quienes
sienten el ímpetu irrefrenable que los empuja a la creación literaria. El
segundo período corresponde al de nuestra anexión a Colombia, que abarca de
1821 a 1903.
Periodos de la literatura panameña:
- Romanticismo: En Panamá, similar al resto
de Hispano-américa, el se halló estrechamente ligado al
nacionalismo liberal; de suerte que las producciones literarias giren
(durante tal período) en torno al tema.
- Modernismo: En este período, el lenguaje
de la poesía panameña se enriqueció y dotó de nuevas formas expresivas,
propias de la poesía moderna. Este lenguaje, utilizado por poetas
modernos, resulta más escogido, culto, elegante y esteticista. De igual
modo, en plenitud del movimiento, diversos autores buscaron integrar
diversas disciplinas, como la pintura y la música, el ballet, etcétera, a
la poesía.
- De la vanguardia a la actualidad: A
partir de 1930, coincidiendo con la revolución juvenil de
"Acción Comunal", surgió la nueva generación de poetas, agrupada
en torno a la revista "Antena". Esta generación
se distanció de la retórica modernista, y se aproximó a la vanguardia, a
pesar de no ser acogida en un principio por el público general. Además, se
produjo en la primera generación vanguardista, un fenómeno muy particular:
Muchos autores no cultivaron el estilo de la poesía Vanguardista,
optando, en cambio, permanecer fieles al paradigma establecido por la poesía moderna.
- Narrativa: Se puede decir que el género cuento
en Panamá empieza formalmente en 1903, cuando Darío Herrera (1870-1914)
publica el primero libro de cuentos de autor panameño, Horas lejanas, en
Buenos Aires, Argentina. A partir de esta fecha, según algunos autores
(Jaramillo Levi, Enrique; Gajes del oficio, Panamá, 2007) y según lo que
se puede ver en la bibliografía nacional, el cuento es el género literario
que más se ha practicado en Panamá, superando en producción a la poesía y,
en mucho mayor medida, a todos los otros géneros.
Autores Relevantes de Panamá:
- Darío Herrera: La obra poética de Herrera se
caracteriza por una marcada influencia “rubendariana”, y al igual que los
parnasianos, demuestra una constante preocupación léxica y formal.
- Ricardo Miró: Escritor panameño considerado
como la figura más representativa de la poesía de dicho país. Obras:
Preludios, Los Segundos Preludios, La Leyenda del Pacífico, Caminos
Silenciosos, Antología Poética; escribió cuentos y dos ensayos de novela:
Las Noches de Babel y Flor de María
- Gaspar Octavio Hernández: Es el más joven
poeta de la República y en el que se arraiga mayormente la influencia
modernista. En su poesía se distinguen los siguientes temas: la
injusticia, la nacionalidad, el tema popular y la condición social. Al
igual que Federico Escobar, Gaspar Octavio Hernández hace alusión en su
poesía a su condición como negro dentro de una sociedad dominada por los
blancos.
- Amelia Denis de Icaza: En sus poemas se describe un especial patriotismo y sinceridad; con un fuerte contenido político y social donde polemiza con la sociedad de manera tajante. Su poema más importante es Al Cerro Ancón, en donde muestra su disgusto por la creación de la Zona del Canal, por los Estados Unidos, el cual fue necesario para que Panamá pudiera surgir como nación. Otros poemas fueron Patria, Hojas Secas, Amor de Madre (1879), A la Muerte de Victoriano Lorenzo, entre otros.
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