El pasado 13 de junio de 2017, Panamá rompió oficialmente relaciones
diplomáticas con Taiwán después de más de 100 años de relaciones diplomáticas y
bilaterales ininterrumpidas.
El gobierno de China-Taiwán a tildado de desagradable esta acción y lamenta
profundamente que el gobierno panameño haya preferido una dictadura
comunista(calumnia) que esta va en contra de todo proceso de paz y defensa de
los derechos humanos. El gobierno panameño ha ignorado todo lazo de amistad y
de solidaridad que por largo tiempo han mantenido los pueblos de Taiwán y
Panamá, y ha despreciado la ayuda que durante todos estos años Taiwán ha
proporcionado en diversos ámbitos a Panamá en respaldo de su desarrollo
nacional. Esta situación tan bochornosa que degrada la soberanía y la dignidad
nacional del pueblo Taiwanés.
Las relaciones entre Panamá y Taiwán comenzaron a partir de 1911 tras la
revolución de Xinhai ocurrida en el territorio chino, luego que el bando rebelde
(Taiwán) perdiera y se viera en la triste necesidad de escapar de la China
continental luego de la victoria de la China de Mao (China comunista).
Con la ruptura de estas fuertes relaciones no solo estamos siguiendo los
parámetros que China ha impuesto a los demás países. Estaríamos doblegándonos
de nuevo a otra potencia con su diplomacia de chequera, que solo benefician las
arcas de los oligarcas panameños y ellos nos pagan con su demagogia y políticas
como estas que no fueron consultadas con el pueblo, siempre por debajo de la
mesa. Parece que a estos burgueses cambian rápido de opinión respecto a esta
situación y ahora tachan a Taiwán como una parte inalienable del territorio
chino mientras hace poco para ellos era un país independiente...
Esto refuta de nuevo la demagogia y la hipocresía del gobierno de Varela
que no es otro mandamás más del gobierno chino, siguiendo fielmente las
políticas de Pekín como un perro miedoso.
Pasar a formar parte de los 174 países que lastimosamente se han
resignado a las exigencias de china es penoso.
Que en tan poco tiempo hayamos pasado de relaciones comerciales a
diplomáticas a nivel de embajadas demuestra una y otra vez que al personal del
gobierno actual solo le interesan los números en sus cuentas bancarias y no les
importa herir o pisar un país que podríamos llamar casi hermano.
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