Mark Sandman fue un músico estadounidense, que se destacó como cantante, compositor, multiinstrumentalista e inventor de instrumentos musicales.
No solo actuó en el grupo de Morphine (que sin embargo, fue el grupo donde más destacó), si no que también trabajó en solitario y en grupos como Treat Her Right, Sandman, Candy Bar, the Hypnosonics, Treat Her Orange, Supergroup, the Pale Brothers, entre otras. Mark alteraba los instrumentos a su antojo, lo que provocaba una alteración musical extravagante y creaba un estilo musical realmente único, incluso él mismo creo numerosos instrumentos como el saxofón doble o el famoso bajo de dos cuerdas. Su obra está plagada de letras oscuras, historias de drogas, críticas, y demás situaciones de la cruda realidad. Su vida está marcada principalmente por la dura muerte de sus dos hermanos; Roger y Jon. Al alcanzar la mayoría de edad, los padres urgen a Mark a elegir entre
conseguir "un trabajo de verdad" o irse de la casa. Ellos esperaban que
Mark limitara su actividad como músico a las tardes o los fines de
semana. Sin embargo, ante la alternativa planteada, Mark decide irse de
la casa, sobreviviendo sobre la base de trabajos tales como obrero de la
construcción, conductor de taxi o pescador, y aprovechando lo que
recibía en concepto de horas extra para viajar. Su vida como obrero le permitió ganar el suficiente dinero para crear sus obras maestras. Morphine fue un fenómeno extraño en el mundo del rock, extremadamente
popular si uno tiene en cuenta sus características. Era un trío sin
guitarra, integrado por batería, saxo y un bajo de dos cuerdas con
slide, que tuvo la virtud de unir los puentes entre el jazz y el rock.
Pese a dejar lugar a la improvisación -sobre todo en vivo- y manejarse
con más libertad en las estructuras que sus colegas del rock, tuvo el
mérito de componer canciones tan pegadizas y redondas como cualquier
banda pop. Su música era removedora, trascendente y sonaba fresca aunque
su materia prima, compuesta de jazz y el blues, fuera mucho más vieja
que el rock. Nunca se tuvo una certificación segura de que Mark fuese un drogadicto compulsivo, sin embargo tras su fallecimiento en Italia, se afirma que en la habitación de su hotel había un montón de medicamentos sin identificar por todos lados, además de ser un fumador diario. Morphine fue la representación de la oscuridad y depresión que amparaba al músico de jazz rock, donde en ciertas canciones lograba expandir una sensación de calma y sosiego, mientras que en otras mantenían una letra diferente, con un ritmo más rapido, y sin embargo, jamás perdía la originalidad del sonido propio que creaba con sus instrumentos. La gran diversidad en la letra de sus canciones fue clave en su exito y originalidad, sin salirse del ambito oscuro, hablaba de diversos temas como el dolor, las drogas, la intranquilidad, la muerte, la noche... Su juventud es el camino del beat auténtico: viajero por Latinoamérica, pescador en Alaska, taxista no sé sabe dónde…
La historia de Mark Sandman, como la de todas las cosas
únicas, es una historia triste. Su universo estaba dominado por la
extrañeza. Desde su apellido —hombre de arena— hasta su grupo, Morphine.
Eran tres, sin guitarra, sin piano. Tocaban una batería, un saxo
barítono y un bajo con dos cuerdas. Con eso y la voz de Sandman hacían
blues, jazz y rock, todo a la vez. Y sonaba bien, y único. Eran solo tres. Mark Sandman, Dana Colley y Jerome Deupree, después sustituido a la batería por Billy Conway.
Voz y bajo de dos cuerdas, saxo barítono, y batería. Así dicho nadie
confiaba en que de tal experimento pudiera salir música de calidad. Pero
Good, su primer disco de estudio, dos veces editado, definió un nuevo
sonido que ellos inventaban, un blues rockero, o un rock blusero de
letras sentidas y profundas, como gotas de una refrescante lluvia
tóxica. El segundo de los cortes del álbum se titulaba The saddest song
(La canción más triste), una balada atmosférica en la que se expresaba
con críptica confianza un Mark Sandman con todos sus
viajes y sus muertos a cuestas. En su segundo disco, Cure for pain,
incluyeron un single titulado Buena, que aparecerá en la banda sonora de
la primera temporada de Los Soprano. Inigualable asociación. Las cosas
marchan. Y si el éxito no es una cura para el dolor, al menos resulta un
poderoso paliativo. En los años siguientes, antes del abrupto final,
habrá tres álbumes más. Los dos siguientes fueron Yes y Like Swimming,
en el 95 y 97, que certifican la mayoritaria exclusividad del grupo. Vivió como murió, dolorido.
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