Los políticos nos inundan con sus palabras apacibles que nos vuelven más susceptibles a las mentiras, la demagogia es tan visible en nuestra vida que se siente parte de nosotros, nos ablandan a tal punto que estamos a favor de las barbaries que cometen. Nos endrogan con sus palabras masticadas, discursos sin saliva y pensamientos vacíos, sin querencia, sin amor. Dormimos en el cambio, callados como siempre, sin poder llegar hacer nada porque estamos siendo controlados por un ente mayor a nosotros, sin corazón, sin razón, pero todavía existen hombres despiertos que lucharan hasta que todos también lo estemos. Estamos dormidos, pensamos que podemos controlarnos y que no tenemos a nadie detrás que nos manipule, que somos libres de tomar nuestras propias decisiones sin que haya un, pero entre medio. Estamos debajo de la carrera alimenticia, arriba de nosotros hay hombres sin escrúpulos, que no piensan por los demás, con hambre de poder, que no perderán el tiempo en quitarte del camino...